Rusia bloquea Telegram al negarse a dar las claves de cifrado

 

El pasado viernes, un tribunal ruso ordenó bloquear la aplicación de mensajería instantánea por negarse esta a ceder sus claves de cifrado de mensajes a las fuerzas del orden de ese país.

El pasado 20 de marzo el Tribunal Supremo de Rusia había desestimado la petición de Telegram de anular una orden del Servicio Federal de Seguridad (FSB) que le obligaba a dar las claves de cifrado con la disculpa de que la aplicación es muy popular entre los terroristas.

La autoridad reguladora rusa de los medios de comunicación Roskomnadzor anunció en ese momento que bloquearía Telegram si no entregaba al FSB las claves en un plazo de 15 días, el cual ya venció.

Telegram alega que la orden del FSB viola el principio constitucional del secreto de la correspondencia, ya que con las claves de cifrado proporcionarían al servicio de seguridad el acceso a los mensajes de cualquier usuario.

Telegram dispone de más de 200 millones de usuarios a nivel mundial. Cada día es más popular en Rusia, siendo usada tanto por los ciudadanos como por autoridades. El Kremlin no ha realizado ningún comentario, simplemente indicó que se trata de una decisión de un tribunal.

Es cada vez más habitual que los gobiernos de los distintos países soliciten información de sus ciudadanos a empresas Facebook o Google, o a aplicaciones como WhatsApp o Telegram.

Brasil bloqueó durante 72 horas WhatsApp en 2016 ya que esta app se negó a revelar informaciones de usuarios relacionados con investigaciones sobre narcotráfico. En diciembre de 2015, un juez de Sao Paulo decretó el bloqueo de Whatsapp durante 48 horas por una investigación criminal que no fue revelada. Sin embargo, el servicio se restableció tras trece horas por “no ser razonable que millones de usuarios se vean afectados por la omisión de la empresa de proveer informaciones a la justicia”.

Incluso en este país sudamericano fueron un poco más lejos cuando el mismo juez que determinó el bloqueo de WhatsApp ordenaba la entrada en prisión del vicepresidente de Facebook en América Latina, Diego Jorge Dzodan, por el mismo motivo. Dzodan tuvo que pasar la noche en la cárcel hasta que otro magistrado revocó la orden.

Esperemos que ningún otro país utilice este tipo de medidas y que comprendan la importancia de que sus ciudadanos puedan mantener sus comunicaciones de una manera segura y fiable.